The History of Latinos at Notre Dame

The history of Latino students at Notre Dame goes back to 1864, when Alexandro Perea of New Mexico became the first Spanish-surnamed student to enroll at the University. By the 1870s several more Hispanics from Colorado and New Mexico had appeared on the rolls. These enrollments recent recruitment efforts by the Congregation of the Holy Cross that intensified in the late 1800s, when Father John Zahm started canvassing the southwestern United States and Mexico to recruit Latino students to the University’s collegiate and pre-collegiate programs. Until 1929 the “Minims” program, housed in St. Edward’s Hall, provided scores of young boys, including Latinos, with an elementary-level boarding school education at Notre Dame.

In 1928 Latin American students founded La Raza Club. It began simply “to provide an outlet for the longing” for home, but its mission quickly evolved and its activities expanded. By 1936 La Raza was hosting political discussions on Latin America and Spain and organizing celebrations to honor Our Lady of Guadalupe. The club even succeeded in introducing soccer to Notre Dame. Originally founded for Latin Americans, La Raza started admitting U.S.-born Latinos after World War II. In 1954 A.Samuel Adelo of Pecos, New Mexico, became the club’s first U.S. Latino president. Adelo was among the many veterans who returned to Notre Dame after the war to complete their education. There the Latinos among them found a renewed interest in the Americas and the Spanish language. Famed athletic director Moose Krause invited Adelo to travel with the football team as a Spanish tutor on long train rides, and several Holy Cross priests also took Spanish lessons from young “professor” Adelo.

During the 1960s and 1970s Latinos at Notre Dame felt the influence of the Chicano student movement and grassroots community organizations that were emerging across the country. Although the University had only a handful of Chicano students and one faculty member in 1970, a Chicano Civil Rights movement started on campus. Among the students was Graciela Gil Olivarez, who, in 1970, was the first woman and the first Latina to graduate from Notre Dame Law School. Olivarez continued to blaze trails in her roles as a professor of law, director of the Office of Economic Opportunity in Arizona, chair of the Mexican American Legal Defense and Education Fund, and the director of the federal Community Services Administration. During his distinguished career at Notre Dame, (1959-1985), Dr. Julian Samora’s Latino studies lecture series brought Latino scholars to campus each semester and, under Samora’s tutelage, Notre Dame produced a host of scholars in Latino Studies.

Samora’s 1985 retirement led to the demise of his groundbreaking work to establish the Mexican American Graduate Studies program. Recruitment of Latinos continued, however, and these students gradually built their own network of groups and programs to acknowledge and enhance the Latino experience at Notre Dame. Their efforts as students and later as alumni helped pave the way for the establishment of the Institute for Latino Studies in 1999 under founding director Dr. Gilberto Cárdenas, a Samora student who completed his doctorate in sociology at Notre Dame. Professor José Limón replaced Cárdenas as director in 2012 and served until 2014. In 2015, Dr. Luis Ricardo Fraga, a renowned professor of political science and Latino politics, was selected as the new director along with co-director Professor Timothy Matovina of Theology. In 2016, Prof. Matovina became chair of the Theology department and Prof. Fraga continues as ILS director to this day. 

La historia de Latinos en Notre Dame

La historia de los estudiantes latinos en Notre Dame se remonta a 1864, cuando Alexandro Perea de Nuevo México se convirtió en el primer estudiante de apellido español en inscribirse en la Universidad. En la década de 1870, varios hispanos más de Colorado y Nuevo México habían aparecido en las listas. Estas inscripciones reflejan los esfuerzos de reclutamiento de la Congregación de la Santa Cruz que se intensificaron a fines del siglo XIX, cuando el Padre John Zahm comenzó a examinar el suroeste de los Estados Unidos y México para reclutar estudiantes latinos para los programas universitarios y preuniversitarios de la Universidad. Hasta 1929, el programa "Minims", ubicado en St. Edward’s Hall, brindaba a muchos niños, incluidos latinos, una educación en un internado de nivel primario en Notre Dame.

En 1928, estudiantes latinoamericanos fundaron La Raza Club. La cual comenzó simplemente "a proporcionar una salida para el anhelo" del hogar, pero su misión evolucionó rápidamente y sus actividades se expandieron. Para 1936, La Raza Club estaba organizando debates políticos sobre América Latina y España y organizando celebraciones para honrar a Nuestra Señora de Guadalupe. El club incluso logró presentar el fútbol a Notre Dame.

Originalmente fundada para latinoamericanos, La Raza Club comenzó a admitir latinos nacidos en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. En 1954, A. Samuel Adelo de Pecos, de Nuevo México, se convirtió en el primer presidente latino del club en Estados Unidos. Adelo fue uno de los muchos veteranos que regresaron a Notre Dame después de la guerra para completar su educación. Allí, los latinos entre ellos encontraron un renovado interés en las Américas y el idioma español. El famoso director de atletismo Moose Krause invitó a Adelo a viajar con el equipo de fútbol como tutor de español en largos viajes en tren, y varios sacerdotes de Holy Cross también tomaron lecciones de español del joven "profesor" Adelo.

Durante las décadas de 1960 y 1970, los latinos en Notre Dame sintieron la influencia del movimiento estudiantil chicano y las organizaciones comunitarias de base que estaban surgiendo en todo el país. Aunque la Universidad solamente tenía un puñado de estudiantes chicanos y un miembro de la facultad en 1970, un movimiento de derechos civiles chicanos comenzó en el campus. Entre los estudiantes estaba Graciela Gil Olivarez, quien, en 1970, fue la primera mujer y latina en graduarse de la Facultad de Derecho de Notre Dame. Olivarez continuó abriendo caminos en su papel de profesora de derecho, directora de la Oficina de Oportunidades Económicas en Arizona, presidenta del Fondo de Defensa y Educación Legal Mexicanoamericana y directora de la Administración Federal de Servicios Comunitarios. Durante su distinguida carrera en Notre Dame (1959-1985), la serie de conferencias de estudios latinos del Dr. Julián Samora trajo académicos latinos al campus cada semestre y, bajo la tutela de Samora, Notre Dame produjo una gran cantidad de académicos en estudios latinos.

La jubilación de Samora en 1985 condujo a la desaparición de su trabajo innovador para establecer el programa de estudios de posgrado mexicano-estadounidenses. Sin embargo, el reclutamiento de latinos continuó, y estos estudiantes gradualmente construyeron su propia red de grupos y programas para reconocer y mejorar la experiencia latina en Notre Dame. Sus esfuerzos como estudiantes y más tarde como alumnos ayudaron a allanar el camino para el establecimiento del Instituto de Estudios Latinos en 1999 bajo el director fundador, el Dr. Gilberto Cárdenas, un estudiante de Samora que completó su doctorado en sociología en Notre Dame. El profesor José Limón ocupó el puesto de Cárdenas como director de 2012-2014. En 2015, Luis Ricardo Fraga, un académico de renombre nacional en política latina fue nombrado Director con el codirector Profesor de Teología Tim Matovina. En 2016, el profesor Matovina se convirtió en presidente del departamento de teología y el profesor Luis Fraga continuó como director de ILS hasta la fecha.